El deporte, la asignatura pendiente del Estado



Tal y como podemos comprobar en el primer punto de este epígrafe, no sorprende el dato de ver una amplia mayoría con respecto a las mujeres vinculadas a la actividad deportiva, , aunque si se dan una  situaciones inequívoca. El hecho de que haya más adolescentes en educación secundaria vinculados al deporte que los universitarios refleja el escaso ímpetu y la baja inversión de las universidades españolas en el deporte y en formar a futuros deportistas.

Este dato contradice en parte a la gran inversión económica que realizan las empresas en crear puestos de trabajo dedicado a actividades deportivas, como la gestión de instalaciones o la venta/reparación de bicicletas. Desde el año 2007 hasta el pasado ejercicio, cada año tiene una media de poco más de mil empresas relacionadas con el deporte, con el fin de fomentar el ejercicio entre la población. Existe al mismo tiempo una clara proporcionalidad directa con el gasto que realizan dichos entes empresariales, siendo mucho mayor en servicios recreativos que en empresas dedicadas a la reparación.


Al hilo de lo mencionado anteriormente, sorprende que el gasto público es el justo y necesario para sobrevivir al sedentarismo. Desde las administraciones locales hasta las generales del Estado, el porcentaje el gasto es menor a medida que la institución política es de mayor rango. Si tenemos en cuenta el turismo vinculado al deporte, tan solo hay 22 millones de beneficio neto para el Estado entre lo obtenido entre los turistas internacionales que entran al país por motivos deportivos con respecto al enorme gasto que realizan los nuestros para salir del país (877 por 855 millones).

Es curioso ver una injusticia tremenda, que es ver como los futbolistas de élite son personas que una vez acabadas su carrera profesional de deportistas tienen la vida resuelta y otros deportistas olímpicos que se juegan su éxito cada cuatro años no tienen los mismos recursos y tienen más difícil ganarse la vida sin depender del grado de éxito que tenga.

Sin duda, esa es una de las asignaturas pendientes del Estado español. Regular el deporte como una herramienta de empleo más y garantizar unas condiciones de vida a los deportistas de menor renombre y que no se juegan su reputación cada semana y si cada año o cada lustro para que una vez terminada su carrera profesional como deportista no se queden sin recursos.

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